Hoy en día hay muchísimos más trabajadores autónomos que hace varias décadas. La situación económica por un lado, las nuevas tecnologías y la proliferación del trabajo online por otro, hacen que cada vez más personas tengan la oficina en casa.
Como cualquier situación, esta cercanía tiene sus partes positivas y las negativas. El ahorro en el transporte, la posibilidad de poder compaginar el trabajo con el cuidado de niños o personas mayores, y un aprovechamiento real de las horas laborales se dan de frente contra la dificultad de concentrarse y de ser rígidos con una rutina cuando nadie nos está controlando.
Por eso es fundamental contar con un espacio adecuado para trabajar…¡aunque nuestra oficina esté a sólo unos metros de nuestra cama!
Resulta muy difícil concentrarnos si además del ordenador, en nuestra mesa tenemos ropa que planchar o juguetes de los niños por medio. El escritorio debe utilizarse únicamente para albergar material de trabajo. Además así cuando nos levantemos notaremos más la sensación de desconectar que si trabajamos medio tumbados en el sofá o estamos pensando en que tenemos que tender la ropa.
Invertir en una buena silla de oficina nos ahorrará dolores de espalda, cuello y cervicales. Además de ayudar a que nos sintamos más profesionales cada mañana. Podéis proteger el suelo con una moqueta fina o un protector anti rayas si elegís un modelo con ruedas.
Prueba a colocar varios estantes en pared y ubicar en cada uno de ellos un tipo de almacenaje diferente: por ejemplo, archivadores para documentos, carpetas, cajas pequeñas para material, botes para los lápices… Lo importante es que lo tengamos todo a mano y que lo visualicemos bien para no perder tiempo buscando.
Una pared (si contáis con el espacio necesario) o un corcho nos facilitarán la organización de las tareas y nos ayudará a asimilar visualmente lo que tenemos que hacer durante el día. Podéis fabricar uno DIY con algún tablero ligero, con cuerda y ganchos reutilizados, con marcos de fotos de gran tamaño…
Si no contáis con una habitación completa que podáis destinar a oficina, podéis encontrar algún rincón en algún armario, huecos entre columnas, debajo de la escalera o conseguir más intimidad creando una mini estancia con biombos o cortinas. Lo más importante es tener un entorno agradable que nos permita ser productivos pero sin dejar de estar cómodos mientras trabajamos.