Salones retro
El salón es la parte de la casa en la que más tiempo pasamos. Así que es esencial que nos sintamos a gusto en el sofá que elijamos o que tengamos un espacio agradable para ver una buena película o reunirnos con nuestros amigos o familia.
Pero por encima de todo, lo fundamental de cualquier hogar es que la decoración sea un reflejo de nuestra personalidad y estilo de vida. Por eso, los amantes del vintage y la estética setentera no pueden evitar adorar el estilo de decoración retro.
Lo fundamental para que nuestro salón tenga aires retro pero no antiguos es elegir el mobiliario atendiendo a los detalles. No hace falta que un mueble sea viejo o pasado de moda, un mueble nuevo puede aportar un soplo de aire fresco a nuestra casa y además tener un rollo muy vintagero sin parecer que ha salido de casa de nuestra abuela.
Algunos detalles imprescindibles son: las líneas suaves y ovaladas, los colores de las maderas, los estampados geométricos o florales, los muebles bicolor, las patas en punta, los muebles auxiliares ligeros, los pequeños objetos de decoración y la gama de colores elegida.
Los muebles auxiliares para poner la televisión o aparadores de zonas de paso son funcionales y muy estéticos, además de bastante económicos hoy en día. Prueba a elegir uno en pino claro o con tiradores de gran tamaño. Eso sí, la madera debe ser de buena calidad. El último grito son los tiradores de gran tamaño o los muebles bicolor, con las patas o las puertas de diferente tono que el resto.
En cualquier salón retro que se precie no pueden faltar los estampados geométricos o de flores. Si no te atreves con el papel pintado puedes elegir las fundas de los cojines en tonos anaranjados, teja y blanco (quedan genial con maderas más oscuras o de roble) o mostazas, gris perla y celeste (geniales en un sofá blanco).
Una lámpara contundente es capaz de hacernos viajar en el tiempo automáticamente al colocarla en el salón. Si la acompañas además de un sillón de piel antigua y de una manta de ganchillo…. ¡Estilo retro asegurado!
Si aún así no te decides a hacerte con ninguna pieza de mobiliario de estilo retro puedes empezar por enmarcar láminas de películas antiguas, de grandes divas del cine de los 50 o incluso textiles rescatados de mercadillos de segunda mano. Como objetos de decoración puedes elegir televisores o radios antiguas, juguetes vintage de estilo futurista-espacial, o cerámicas antiguas pintadas a mano. ¡Nos encantan los salones de estilo retro… del siglo XXI!
(IMÁGENES VIA PINTEREST)