¿A quién no le apetecería llegar a casa, servirse una copa y tirarse en uno de esos sofás de la Sterling Cooper, que muchos secretos esconden del publicista más sexy de Nueva York? Gracias a la serie estadounidense Mad Men y a la bonita cara de Donald Draper, la decoración de las casas de muchos fans ha hecho un salto medio siglo atrás. Años 60, está de moda el diseño danés con líneas modernas y precios accesibles; los colores son saturados pero apagados (óxido, mostaza, cerúleo); madera oscura; líneas rectas; moqueta blanca.
El despacho de Donald Draper
La verdadera casa del protagonista, el corazón de la serie, es el despacho de Don Draper. La decoración es en perfecto estilo estadounidense años 60. ¿Lo más copiado? La silla en piel negra. Las otras sillas que pueblan el despacho son en madera y mimbre. Hoy en día usadas tanto en despachos como en casas, casi siempre acompañadas por unos cojines de colores. Y luego está el escritorio, en madera con patas en metal y plano de trabajo amplio. Sofás y sillones de tela, cuyo diseño es sobrio y sin tiempo. Sus reproducciones se sortean en Estados Unidos explotando el nombre de la serie y no es un caso que el premio incluya unos DVDs.
La casa del matrimonio Draper
La casa del matrimonio Betty-Don, desafortunado y poco envidiable, es el clásico ejemplo del hogar de los años 60 en Estados Unidos. La cocina con papel de pared efecto manta escocesa, muebles en madera, puertas pantografiadas, nevera años 50 con puerta abombada, encimera eléctrica de diseño, pero sobretodo mucho calor, muchos accesorios, mucho desorden que crea esa atmósfera de hogar, lejos del minimalismo y modernismo de hoy.
Francesca Carè