Los dos colores opuestos del círculo cromático no están reñidos en su uso en decoración. Un bonito contraste entre ambos genera interesantes opciones para amueblar, vestir o decorar nuestro hogar.

El mobiliario no tiene por qué ser de un único color. Podemos optar por elegir la mayoría de nuestros muebles en blanco y jugar con elementos de decoración en negro, o bien combinar ambos con otros colores.

En los textiles podemos dar rienda suelta a nuestra imaginación y combinar incluso estampados diferentes. Lo importante para conseguir un equilibrio es no elegir nunca más de tres colores si queremos resultados comedidos. Las diferentes texturas nos ayudarán también a aportar contraste entre estos dos colores que juntos combinan a la perfección en multitud de estampados.

Los pequeños objetos de decoración son de lo más agradecido con la combinación blanco-negro. Ya sea combinados en la misma pieza, o en piezas gemelas, aportan al instante sensación de simetría y orden, además de potenciar la elegancia de cualquier ambiente.

¿Paredes negras? Sí, se puede. Lo único que debemos considerar es el reservar los tonos oscuros únicamente para un muro de cada habitación y el elegir el resto de la decoración en tonos que contrasten, para que no quede un conjunto apagado. ¡Los resultados son sorprendentes!

 

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