Puede que a primera vista el concepto rústico nos genere algunas dudas que suelen acompañar a la propia palabra en si. No hay que caer en la tentación de confundir rústico con falto de gusto, de belleza o de estilo. Una buena elección de piezas rústicas dará a la habitación un toque elegante, distinguido y, sobre todo, personal, muy personal, en tanto que estamos hablando de una tendencia que no tiene muy definidos sus parámetros y que, por lo tanto, está abierto a la incorporación de elementos que quizás sobre el mapa no concuerden pero que, sin duda, sientas que debe estar allí.
Los materiales básicos en este tipo de estilo pasan por componentes y acabados naturales, elementos que sin duda darán un toque especial a la habitación. Si algo caracteriza al rústico son los suelos de madera o, en los casos muy particulares en las viviendas de campo, pavimento de barro. En este sentido lo ideal es cubrirlos con alfombras de fibra natural que den calidez a la par que respeten la armonía del diseño. No hay que tener miedo de apostar por una tonalidad pastel que choque contra la seriedad y dé un aire fresco al estilo de la estancia.
Si lo que queremos es conseguir definir el estilo rústico propiamente dicho, hay que apostar por piezas de madera natural, que presuman de aspecto tosco pero sin tratar, que conserven su esencia y apariencia antigua, algo así como una butaca de cuero. Recuperar alguna pieza de labranza no supone ninguna idea arriesgada aunque el problema, quizás, residirá en localizar la propia pieza que puede estar muy rebuscada en el mercado y, por consiguiente, puede dispararnos el presupuesto.
A pesar de que los elementos gastados y “con vida” dan un toque muy importante a la habitación, lo cierto es que un mueble nuevo o de diseño urbano tampoco desentona, aunque deberemos tratar de evitar la tentación de equilibrar el número de piezas modernas y rústicas ya que quedaría una mezcla extraña que haría perder el sentido de la decoración. En este sentido, un elemento con un estampado floral con colores vivos puede tener cabida fácilmente en este espacio. En cuanto a las piezas, lo mejor es buscar muebles con líneas rectas, más bien de diseño simple y para nada ostentosos. Lo mejor para arriesgarse en este estilo es empezar a partir de una pieza exclusiva. Un diseño lo más exclusivo posible que justifique no solamente el esfuerzo sino la razón por la que se apuesta por este estilo.