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Hamacas, esas misteriosas compañeras

Etimológicamente la palabra hamaca proviene del taíno y significa red para el pescado. Hay historiadores que barajan la posibilidad de que los primeros usos de este objeto estuvieran ligados con el arte de la pesca aunque hay corrientes que apuntan a que el nombre le corresponde dada su similitud con la herramienta de pesca. A la espera de que unos y otros se pongan de acuerdo sobre el origen de esta palabra, lo cierto es que supone un elemento de decoración muy personal.

Una hamaca que se precie consiste en un trozo de tela con dos extremos que se pueden colgar en un punto fijo, preferiblemente en una pared, dejando la tela colgando. Usada como elemento de descanso, la hamaca cobró importancia como instrumento de descanso para los pescadores porque se mecía al ritmo del barco, lo que recortaba sensiblemente las opciones de caer al suelo en un momento dado.  De ahí a nuestros días ha pasado a ser un elemento cada vez más común en grandes terrazas y jardines, aunque también existen modelos de interior.

Este complemento puede estar fabricado de muchísimos elementos, aunque principalmente las encontramos de algodón, henequén o pita, unos materiales que se tiñen con tintes vegetales para ofrecer muchísimos diseños. Hoy en día, el material que más se utiliza son las fibras de poliéster, así como el polipropileno. Se trata de un complemento muy habitual en la zona del Caribe por lo que apostar por él en nuestro jardín podría darle, además de un toque exclusivo y original, una pincelada de calidez que animara la zona en la que se instala.

El mercado y los productores en cadena han echado ojo a un complemento que no resulta excesivamente complicado de crear y que las tendencias colocan cada vez más como un ‘must’, uno de esos objetos que debes tener para ir a la última. Por ello los modelos han ido variando hasta el punto que ya no es necesario colgarla a la pared ya que existen versiones que se venden con una estructura de madera o de metal que hace a la vez de soporte. Esto, además de evitar que se hagan agujeros en las paredes, propicia que se pueda cambiar de lugar según la preferencia que tengamos ese día. Otro aspecto que le da mucho valor a una hamaca es que resultan un suvenir ideal en caso de viajes muy largos, a zonas caribeñas, donde se pueden conseguir versiones más artesanales, con estampados más únicos y con los que se puede obtener un elemento muy funcional.

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