Cada cierto tiempo, de una forma cíclica, regresan a nuestras vidas las barras americanas. Una suerte de apéndice a las cocinas que crean un ambiente distinto a la par que son prácticas para prolongar la encimera. Pero, ¿hasta qué punto son prácticas?
Mucha gente recurre a este tipo de complemento para solucionar un problema de falta de espacio. Supone una ayuda en viviendas donde la cocina es mínimamente más grande de lo normal y el salón se queda pequeño si le añadimos una mesa central. A nivel práctico permite a los inquilinos disfrutar de un espacio dedicado a la interacción con la comida, ya sea en el desayuno, el almuerzo o la cena.
Su ubicación permite ciertas facilidades como el hecho de que no se tienen que trasladar platos ni cubiertos ya que forma parte de la cocina y, por ejemplo, los platos calientes tienen un recorrido menor al habitual, disminuyendo proporcionalmente la posibilidad de que se sucedan desgracias inesperadas de fatales consecuencias. Además, dada la cercanía con la cocina puede servir de extra en la encimera si estamos cocinando y necesitamos más espacio del habitual.
Otro beneficio que ofrece la instalación de este complemento es el hecho de que permite interactuar con las visitas en caso de cena multitudinaria y que el anfitrión se encuentre todavía ultimando los detalles. Al ser un espacio abierto normalmente conectado con el comedor, no aísla de la conversación a nadie.
Los aspectos que se deben tener en cuenta a la hora de instalar una mesa pasan principalmente por el hecho de que no dificulten el paso entre el salón y la cocina. El tamaño de la barra debe ser proporcional al espacio que resta hasta la pared contraria para que, en caso de que no se use, tampoco resulte un estorbo.
Si estás pensando en abrir una pared para instalar la barra tienes que pararte a reflexionar en que abres la cocina para comunicarte con el exterior y, en caso de visita puede ser bueno, pero en el día a día puede no ser tan bueno si no dispones de una buena campa de extracción ya que los olores se pueden propagar con facilidad por el inmueble.
Si te decides, el diseño debe tener detalles que no hagan que te arrepientas nada más terminarla de instalar como el hecho de que las esquinas no sean puntiagudas para minimizar el impacto de los golpes que te darás con ella hasta que te hayas acostumbrado a tenerla, así como espacio para guardar los taburetes los ratos que no los utilices ya que si no puede dar la sensación de desorden.
Lo mejor que tiene la barra americana es que se trata de un complemento para cualquier hogar que no quedará desfasado porque cada cierto tiempo vuelve a estar muy de moda.