Aunque comúnmente se cree que las alfombras únicamente sirven para proteger los suelos del frío durante los meses de invierno, la verdad es que son unos perfectos aislantes del calor y son perfectas para decorar nuestra casa también en verano.
Lo fundamental a la hora de elegir una alfombra de verano es el material. En este aspecto, las fibras vegetales no tienen rival: regulan la temperatura ambiental, transpiran controlando la humedad de los interiores y además visten los suelos de casa. Pero, ¿cómo elegir la fibra adecuada para nuestra alfombra?
En primer lugar hay que tener en cuenta el uso que les vamos a dar. Puede parecer obvio, pero no es lo mismo un lugar de mucho paso o una casa en la que viven animales, que un rincón de lectura o sala de estar en ambientes de poco tránsito. Las fibras vegetales cien por cien naturales (sisal, yute) son muy estéticas pero por otra parte también son muy absorbentes, es decir, atrapan las manchas inmediatamente. Así pues, si necesitas algo más resistente puedes optar por las mezclas con lana o algodón.
El bambú por ejemplo es muy útil para pasillos, y el yute ideal para el dormitorio, ya que se mancha con mucha facilidad y es mejor reservarlo para esa zona de la casa en la que (habitualmente) no hay peligro de que se dañe tan fácilmente.
El cáñamo es perfecto para el salón, ya que es más resistente, y además tiene un precio más bajo, con lo que podremos invertir en alfombras más grandes. El coco tiene un tacto poco agradable, pero en cambio es también muy resistente, así que podemos utilizarlo en zonas con mucho tránsito o de paso.
En cuanto a los colores sucede lo mismo que con los materiales, los tonos más “sufridos” harán que se noten menos las pisadas o las manchas, pero en muchas ocasiones son químicos, con lo que hacen que el acabado de nuestra alfombra no sea todo lo bonito que pudiera. Lo más eco-friendly del momento es elegirlas en tonos naturales con tintes ecológicos: consiguen un aspecto fresco y natural, conservan las propiedades de las fibras y por encima de todo no contaminan. Y ya que hablamos de ecología tenemos una propuesta para los amantes de la sostenibilidad…¿qué os parece aprovechar las vacaciones para tejer vuestra propia alfombra?