Casi nunca cuando se piensa en posibles alternativas para estimular los placeres sexuales y el eros, se piensa en los muebles. Estamos más bien acostumbrados a pensar en objetos eróticos, sex toys y no pensamos que una válida ayuda para el eros puede ser el mobiliario de nuestra casa. ¿Es posible que los muebles de una casa estén “dirigidos” al amor? Claro que sí. Seguro que os acordáis del famoso Sofá Vis-à-Vis de Gala de Salvador Dalí, que tenía una forma curva adecuada para realizar algunas posiciones de manera más cómoda. Los muebles eróticos de Margarita Bonita son un ejemplo de ergonomía erótica. La empresa catalana, fundada por Margarita Bonita Romeu y Jaume Gener, ha querido concentrar su producción exclusivamente en muebles eróticos que pueden mejorar la relación sexual.La particularidad de estos muebles es que se esconden a los ojos de los invitados que se fijarán en ellos sólo por su diseño particular.
Los más famosos son:
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El Secret Cube, un aparente puf que se revela como una caja de sorpresas. Detrás de un cómodo y discreto cubo, que quedaría integrado en cualquier salón, se esconde un auténtico instrumento erótico, un sofá en el cual meter en práctica fantasías eróticas como por ejemplo el bondage.
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El Movement Bed, una cama que gracias a sus movimientos, que reproducen el ritmo corporal al hacer el amor, proporciona sensaciones que mejoran las relaciones sexuales. Además el esfuerzo se reduce al mínimo, con lo cual la cama es ideal para quien tiene problemas con la columna vertebral.
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Los Love Pillows son cojines eróticos que, inspirados en el Kamasutra, están especialmente diseñados para ayudar a alcanzar las posiciones que aparentemente parecen imposibles, de una manera fácil y cómoda. Se pueden usar en la cama o en el suelo y se puede combinar más de uno para experimentar nuevas sensaciones.
Apoyados en el sofá podrían pasar inobservados como cualquier otro cojín de la casa.
- El Tantra Sofá es un elegante cheslón de doble uso que favorece las relaciones íntimas gracias a sus curvas ergonómicas que se adaptan a los cuerpos de la pareja. Gracias a sus accesorios se convierte en un bonito mueble de salón para la lectura o el relax.
En fin, si ya habéis tenido sexo en todas partes, encima de la lavadora, en la alfombra, en la mesa de la cocina, en el sofá, apoyados en el armario donde guardáis la cristalería, no os queda otra que renovar el mobiliario de vuestra casa. Pero eso sí, ahorrad antes porque el sexo bueno no es barato.
Francesca Carè