Cada espacio de una vivienda tiene un uso determinado que debe ir acompañado del mejor diseño posible para que su funcionalidad no se vea alterada. A pesar de las más de mil utilidades que se le puede sacar a cualquier mueble, hay una lista de piezas que, sea en el estilo que sea, pueden llegar a ser indispensables a partir de su funcionalidad. Son, sencillamente, aquellos que puede que de entrada no necesitemos pero una vez ubicados, difícilmente nos podríamos desprender de ellos sin pensar que estamos perdiendo una gran oportunidad.

Una mesa de escritorio transparente, por ejemplo, tiene cabida en muchos lugares de la casa. Desde el rincón reconvertido en oficina, hasta el dormitorio o el salón. El hecho de que la pieza sea de cristal transparente permite aligerar bastante el espacio y no recargar la estancia. A nivel práctico, huelga decir que su funcionalidad está claramente definida como mesa y que resulta muy habitual sentarse a trabajar en una de ellas.

Una cosa similar pasa con el sofá cama. Se trata de un mueble con el que quizás los diseñadores todavía no han sabido encontrar el enfoque que le dé suficiente belleza para coexistir en cualquier espacio. Lo cierto es que existen muchos modelos en el mercado, que se adaptan a casi todos los bolsillos, y que suponen un auténtico alivio ante visitas inesperadas y que no puedes rechazar. Como comentábamos, su estilo o belleza no va directamente ligado a su funcionalidad ya que a la hora de descansar resulta un aliado genial. Se puede encontrar en varias zonas de la vivienda y siempre a nuestra disposición.

Las mesas nido merecen un artículo aparte y en exclusiva para ellas. Aliadas en eventos en los que la mesa del centro no es capaz de albergar todo lo necesario, este complemento es uno de esos muebles a los que al principio pensamos que no se le sacará jugo y luego difícilmente crees que te podrías desprender de él. La propia demanda de mercado ha propiciado que los productores las diseñen de mil formas distintas, intentando que quepan en cualquier diseño.

Un puf. Puede que huérfano de sofá, un puf pierda su sentido pero es cierto que los estampados que se encuentran en el mercado, así como sus diferentes formas, lo colocan como un elemento cada vez más a tener en cuenta no tanto por su utilidad sino también, al fin y al cabo, por su capacidad como elemento decorativo. Cuando decimos puf, no necesariamente hay que pensar en las unidades convencionales que todo el mundo ha visto sino que hay que intentar ir un poco más allá y buscar el elemento diferenciador, como el puf de caña, o el que, además de acolchados cuenta con un compartimiento vacío en su interior que ayuda a la organización y que puede, por ejemplo, servir para guardar las mantas que se utilizan en el sofá y que no nos interesa que se vean en caso de visita.

A este listado hay que añadir los muebles para las mascotas, muebles para los amantes de los animales que nos permiten amueblar nuestro hogar sin olvidarnos de nuestros amigos a cuatros patas.