Poco a poco ya notamos que los días se van haciendo más largos, que el sol nos regala un ratito más de luz y que el termómetro no está tan tacaño con los grados por lo que nos vamos despojando de alguna capa de ropa. Todos estos detalles significan que el verano está cerca, aunque la primavera todavía mucho más. Esta estación supone una especie de tregua con el frío en la que recuperamos cada vez con mayor frecuencia la terraza, si es que nuestra vivienda dispone de ella. Ponerse a arreglar la terraza no apetece en exceso ya que puede que con el paso de los meses se haya convertido en una especie de cajón de sastre donde acaban todos los muebles y demás piezas que no nos interesa que estén en el interior de la vivienda. Por ello, antes de ponernos a lavar cualquier cosa es importante valorar qué vamos a utilizar o mantener y de qué cosas nos podemos desprender. Este es un aspecto importante porque si vendemos alguna pieza en un rastrillo obtendremos una ganancia que podemos reinvertir en la decoración de la terraza.
La opción, a priori, más económica para una terraza pasa por restaurar los muebles que queremos mantener dándoles una nueva imagen que concuerde con aquello que buscamos. Es importante tener claro qué estilo queremos dar a nuestra terraza para saber qué piezas nos interesan, por si las tenemos, o cuáles tenemos que buscar en diferentes tiendas o rastrillos. El estilo también dictará el color que queremos darle a las piezas restauradas. Los colores como el blanco, el beige o el marfil son ideales aunque acarrean un mayor problema de limpieza. Otra apuesta son tonos grisáceos que son muy actuales y ayudan a esconder mejor las manchas. Las plantas son los elementos de decoración para terraza más baratos. Existen infinidad de especies que pueden ayudar mejor o peor a la decoración acompañadas de una maceta bien elegida. Otro aspecto que ayuda a la decoración y que os da más libertad creativa es buscar elementos que puedan manipularse como tejas para ser pintadas o botellas de cristal para colocar las flores, velas o transformarlas en lámparas, aunque se trate de un proceso más laborioso.
El aspecto lumínico da mucho juego, sobre todo de cara a cenas o fiestas que se realicen durante la noche ya que en función de si elegimos unos complementos u otros, conseguiremos unos estilos bien diferentes.