Un sofá blanco, la luz del salón
Pocas personas son partidarias de comprar un sofá blanco. La funcionalidad de un mueble que sirve para todo aquello que nos proponemos compromete con demasiada facilidad el hecho de que nos decidamos por un sofá blanco ya que corre el peligro de mancharse al mínimo despiste. Pero todavía hay quien ve en un sofá blanco el elemento más importante para dar luminosidad al salón y ofrecer una sensación de espacio más abierto y más grande a primera vista. Pero, ¿estamos dispuestos a correr el riesgo de apostar por un sofá blanco? El precio de este tipo de muebles, el tamaño y la combinación con el resto de la vivienda hacen que la decisión de apostar por una pieza u otra no sea tarea fácil.
A continuación proponemos algunos pros y contras de una decisión que marcará, sin duda, no solamente el uso que puedas darle al salón sino también la imagen que presentará la casa.
Un sofá blanco da luz a todo aquello que lo rodea, la reflecta en lugar de absorberla. Un mueble de este tipo en un salón ya de por si luminoso da un aire distinguido a cualquier vivienda, una especie de soplo de aire fresco que se incrementa si lo combinamos con cojines con colores vivos consiguiendo, además, un aspecto divertido y atractivo. A la hora de elegir color, procura no mezclar más de dos colores intensos porque de lo contrario puedes fracturar la sensación divertida de la que hablábamos al principio.
No cabe la menor duda de que la decisión de comprar un sofá blanco está ligada con la facilidad de que se pueda manchar. Para evitar transformarnos en una especie de maniáticos con cualquier forma de vida que se acerque al mueble, lo ideal es apostar por una pieza en el que las fundas se puedan lavar en la lavadora, sin necesidad de tener que recurrir a la tintorería. Lo ideal, además, es que el material sea lo más plastificado posible para repeler posibles e inevitables manchas y, así, mantener su pureza el mayor tiempo posible. En cualquier caso, y como pasa en la mayoría de sofás, en caso de cansarte del modelo siempre puedes recurrir a alguna tela con colores divertidos para cubrirlo parcialmente y, así, disminuir el número de manchas, aunque evidentemente tu salón perderá una de sus piezas más importantes y más destacadas.
El sofá blanco es sin duda una pieza juvenil y minimalista de la que difícilmente te arrepentirás en caso de cuidarlo mínimamente.